Elegir la modalidad adecuada no es sencillo. Por ello, queremos ayudarte ofreciéndote una serie de “tips” de cara a la toma de decisiones.
- La antigüedad de tu coche
Si tu coche tiene ya muchos años de antigüedad y su valor venal es bajo, el seguro de coche terceros básico es la mejor opción. Ya que de esta forma cubres las exigencias de la normativa a un precio económico y sin prescindir de coberturas importantes como la asistencia en carretera. Te contamos más sobre el valor venal.
Por el contrario, si tu vehículo es nuevo, y por tanto tiene un alto valor de mercado, no te compensa prescindir de coberturas y exponerte a perderlo en caso de siniestro total. Para estos casos, el seguro de coche a todo riesgo es la mejor opción ya que incluye la garantía de daños propios, con la que proteger a tu vehículo frente a cualquier problema que pueda surgir, incluso cuando tú seas el responsable del siniestro.
Además, con la franquicia podrás adaptar el precio de tu seguro a todo riesgo a tus necesidades.
Al final, la probabilidad de que tu vehículo sufra daños no es la misma si lo usas cada día, a que lo uses solo en fines de semana. Esta frecuencia hay que tenerla en cuenta a la hora de incluir coberturas como la rotura de lunas, que es uno de los problemas más habituales en coches.
Si tu vehículo duerme en la calle, valora la posibilidad de incluir coberturas en tu seguro auto que actúen frente a situaciones como robo o incendio. Estas garantías, incluidas desde el terceros ampliado, pueden suponer un gran alivio frente a una posible pérdida total del vehículo, ya que te indemnizan por ello.