Pero entonces, ¿los Planes de Pensiones son un producto destinado únicamente a rentas altas?
En más de una ocasión, a la hora de plantearte cuándo interesa un plan de pensiones, es posible que hayas escuchado que este instrumento de ahorro e inversión a largo plazo solo es realmente útil si cuentas con una renta anual elevada.
Ante esta afirmación, es preciso aclarar con rotundidad que no es cierta, ya que su principal finalidad se basa, precisamente, en que tu capacidad de gasto no se vea sensiblemente mermada cuando decidas jubilarte.
Si analizas nuestro sistema actual de pensiones podrás comprobar fácilmente que, desde el mismo día de tu jubilación, tu poder adquisitivo descenderá notablemente, ya que tu pensión pública se calcula tomando como referencia tu salario base, sin contemplar tus complementos salariales.
Por el contrario, es bastante habitual que, si desarrollas tu actividad por cuenta ajena, las empresas concentren una parte sustancial de tu nómina mensual en la partida correspondiente a estos complementos, como medida para reducir su carga fiscal y en concepto de cotizaciones sociales.
Por tanto, a partir de las dos premisas anteriores, el hecho de optar por un sistema de ahorro personal que complemente esa pérdida de capacidad adquisitiva se convierte, prácticamente, en una necesidad.
A este aspecto hay que añadir la posibilidad de disfrutar, a lo largo de tu vida laboral, de unas ventajas fiscales más que interesantes, con independencia de tu nivel de ingresos anuales.
En definitiva, si bien es cierto que la aplicación de estas ventajas fiscales será mayor cuanto mayores sean tus ingresos, esto no implica, en modo alguno, que estas no resulten atractivas si cuentas con unos ingresos más reducidos.
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