Así funcionan los planes de ciclo de vida

19 abril 2023 Ahorro y futuro

  • Van adaptando las inversiones en función de la edad del ahorrador

Cuando eres joven, tienes todo el tiempo del mundo por delante. Esa perspectiva te hace más valiente: si algo sale mal, hay tiempo suficiente para arreglarlo y el futuro se ve a muy largo plazo. Cuando se entra en la madurez, ya no se es tan atrevido y pese a no renunciar a una parte de riesgo, sí se busca más sosiego y tranquilidad. Y cuando vemos que la jubilación se acerca, lo que solemos querer es consolidar lo alcanzado, sin sobresaltos. Así evoluciona el perfil de inversión más común entre los ahorradores españoles. Es decir, con el paso del tiempo, tanto nosotros como nuestras circunstancias cambian y evolucionan, una filosofía que se intenta replicar en los denominados planes de ciclo de vida.

Esta clase de planes de pensiones son productos finalistas con un horizonte temporal concreto: el momento de la jubilación, y se caracterizan por ir adaptándose a la situación del ahorrador y dependiendo de su edad y, por lo tanto, lo que le quede para jubilarse, en la cartera de inversión tendrá más peso un tipo de activos que otro. O, dicho de otra forma, se va reequilibrando la cartera del plan de mayor a menor riesgo a medida que avanza el tiempo, lo que se traduce en invertir con mayor peso en renta variable al principio y en renta fija al final.

Normalmente, a mayor riesgo mayores ganancias potenciales. Así cuando se trata del ahorro para la jubilación, lo recomendable es optar por activos de mayor riesgo en las primeras fases del ahorro, cuando queda mucho tiempo, décadas, hasta el retiro, e ir progresivamente reduciendo ese riesgo a medida que se acerca el momento de la jubilación y el rescate del dinero que nos ayudará a complementar la jubilación.

¿Y qué activos conllevan más y menos riesgo? Los activos de renta fija como la deuda pública, las Letras del Tesoro o los bonos emitidos por empresas tienen un menor riesgo asociado que los de renta variable (acciones de bolsa), que históricamente ha demostrado ser más volátil, pero más rentable a largo plazo. Es más, los expertos recomiendan que siempre hay que tener un porcentaje en renta variable, ya que los datos recuerdan que entre 1900 y 2019 la renta variable en España tuvo una rentabilidad media anual del 4% frente al 2% de los bonos corporativos y aproximadamente el 0% de las letras del Tesoro.

Entre las grandes ventajas de los planes de ciclo de vida está que es un profesional el que utilizando su experiencia y conocimiento de los mercados toma las decisiones para hacer ese reequilibrio dinámico de activos, evitando que sea el ahorrador el que haga esa tarea y pueda planificar su jubilación de forma tranquila, sin preocuparse por las inversiones del mismo.

De hecho, es un tipo de producto que destaca por su sencillez, ya que en función de su año de nacimiento, se invierte en un plan de pensiones adaptado a su generación; diversificación, porque el plan invierte en diferentes activos financieros sin tener que cambiar de producto y sin estar pendiente de los diferentes momentos de mercado, y adaptación al riesgo, puesto que automáticamente, con el paso de los años el plan va reduciendo la inversión en los activos con mayor riesgo para invertir en activos más conservadores y con ello se estabilizan las ganancias obtenidas según se acerca la fecha de jubilación.