La biopsia corial es un procedimiento al que se someten algunas mujeres embarazadas y que permite a los médicos estudiar las vellosidades coriales, que son las encargadas de llevar el oxígeno y nutrientes al bebé, intercambiándolos con la madre. Sin embargo, no es una prueba habitual, ya que solo se lleva a cabo en casos muy concretos.
Aunque ya hemos introducido el término brevemente, la biopsia corial es una punción que se puede realizar a través del cuello del útero o del abdomen, para obtener una muestra de las vellosidades coriales. No debe confundirse con la amniocentesis y es importante saber que solo se recomienda realizar esta prueba en situaciones muy específicas, ya que, al igual que otras, conlleva riesgos.
Si la biopsia corial se aborda a través del cuello del útero, el medio utilizado es una herramienta que extraerá una pequeña muestra de las vellosidades coriales. Generalmente, se utiliza una pinza o una cánula. El procedimiento suele ser rápido, aunque puede generar algún tipo de molestia, como una sensación de pinchazo similar a los que aparecen durante la menstruación.
En cambio, si la punción es a través del abdomen, será una aguja lo que se empleará para la obtención de la muestra. A diferencia de la anterior, esta no suele producir apenas dolor, más allá de una ligera incomodidad.
Lo que detecta una biopsia corial son posibles anomalías cromosómicas (síndrome de Down, síndrome de Turner, trisomía 13…) que impliquen alteraciones, pérdidas o afectaciones de los genes. Es una prueba altamente eficaz, aunque, en ocasiones, pueden requerirse otras adicionales para afinar aún más el diagnóstico.
La biopsia corial solamente procede cuando existen sospechas de que hay una anomalía cromosómica. Y, ¿en qué contextos puede darse esta situación?:
● La madre ha tenido un bebé con una anomalía cromosómica anteriormente. Por tanto, las posibilidades de que esto se vuelva a repetir son mayores.
● Alguno de los progenitores tiene una enfermedad vinculada con las anomalías cromosómicas, lo que incrementa el riesgo.
● Durante la ecografía del primer trimestre se observa alguna alteración que requiere de pruebas más específicas para saber qué está pasando.
● Se han producido abortos de repetición sin motivo aparente.
Como muchas otras pruebas, la biopsia corial también tiene sus propios riesgos, aunque no todas las mujeres los sufren. Por lo tanto, es importante que los médicos informen a las madres de lo que puede implicar realizar una prueba de estas características.
● Sangrado vaginal.
● Dolor en el abdomen.
● Rotura prematura de membranas.
● Infección del líquido amniótico.
Es importante remarcar que todas estas manifestaciones clínicas después de realizar una biopsia corial se dan en un número bajo de personas. Además, para su prevención es fundamental que esta prueba se lleve a cabo entre las semanas 10-14 del embarazo.
Una de las grandes ventajas de la biopsia corial es la rapidez a la hora de obtener los resultados: suelen estar en un tiempo estimado de unos 2-4 días. Esto permitirá a la mamá salir de dudas sobre las posibles anomalías cromosómicas que tenga o no el bebé, en un período breve de tiempo. Aunque, tal y como hemos señalado anteriormente, si los médicos lo consideran, pueden derivar a la paciente tras la obtención de los resultados, a nuevas pruebas complementarias para confirmar el diagnóstico.
No obstante, señalar que la biopsia corial tiene una fiabilidad muy alta: en torno a un 99%. Por tanto, en muchas ocasiones no será necesario que la mamá se someta a otras pruebas.
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Nota: El contenido de este artículo es meramente orientativo. En caso de presentar cualquier problema de salud, acuda a un centro sanitario. Toda sintomatología, diagnóstico o tratamiento debe ser valorado o prescrito por un especialista médico.
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